UNA MIRADA PROFUNDA
Cuando otros miran, nosotros vemos, cuando otros oyen, nosotros escuchamos, cuando otros olvidan, nosotros recordamos.
Este es el concepto de nuestras aventuras, no quedarnos solo en una breve percepción, sino tener conocimiento de todo lo que visitamos.
Esther y Yo, necesitamos saber el porque de esto o de aquello, quien lo hizo, cuando y porqué, que les inspiró y que piedras encontraron en su camino.
De ahí nace la idea de este blog, no solo poner imágenes que hemos ido captando con nuestra cámara,
sino recordarnos a nosotros mismos nuestras sensaciones y la historia que envuelve cada uno de los sitios que vamos visitando.
Este es el concepto de nuestras aventuras, no quedarnos solo en una breve percepción, sino tener conocimiento de todo lo que visitamos.
Esther y Yo, necesitamos saber el porque de esto o de aquello, quien lo hizo, cuando y porqué, que les inspiró y que piedras encontraron en su camino.
De ahí nace la idea de este blog, no solo poner imágenes que hemos ido captando con nuestra cámara,
sino recordarnos a nosotros mismos nuestras sensaciones y la historia que envuelve cada uno de los sitios que vamos visitando.
La Font màgica de Montjuïc
El Palau Nacional, de Montjuic (Barcelona), fué construido entre el 1926 y el 1929 para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 y desde el 1934 aloja el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Fue el edificio principal de la Exposición, obra de Eugenio Cendoya y Enric Cató, bajo la supervisión de Pere Domènech i Roura, desestimando el proyecto inicial de Puig i Cadafalch y Guillem Busquets. En su Salón Oval tubo lugar la ceremonia de inauguración de la Exposición, presidida por Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia. Tiene una superficie de 32.000 m². de estilo clásico inspirado en el Renacimiento español, una planta rectangular con dos cuerpos laterales y uno de posterior cuadrado, con una gran cúpula elíptica en la parte central.
Se colocaron nueve grandes proyectores que todavía hoy emiten unos intensos haces de luz que escriben el nombre de la ciudad en el cielo.
Las cascadas y surtidores de la escalinata del Palau fueron obra de Carles Buïgas y junto a la font màgica resplandecen en la noche Barcelonesa en una maravillosa fusión de luz y agua.
La Font màgica de Montjuïc está situada en la Pl. Carles Buïgas a final de la Avenida de la Reina Maria Cristina, en Sants-Montjuïc, (Barcelona). Es el elemento principal de un conjunto de juegos de luz y agua que se desarrolla en todo el eje desde el Palau Nacional hasta la Plaza de España, que incluye cascadas y estanques.
En la parte inferior, hileras de columnas luminosas a ambos lados de la avenida, hoy en día sustituidas por surtidores iluminados de proporciones parecidas y de mantenimiento más sencillo.
La font fue construida con motivo de la Exposición Universal de 1929 por Carles Buïgas en el lugar donde estaban situadas las Cuatro Columnas de Josep Puig i Cadafalch derribadas en 1928 y reconstruidas en 2010.
En los años 80 se incorporó la música, y poco antes de los Juegos Olímpicos de 1992 se restauraron completamente.
Como culminación de las Fiestas de la Mercè, patrona de Barcelona, tiene motivo un acontecimiento impresionante, en el que se combinan agua, luz y fuego, el llamado Piro musical, donde impresionantes castillos de fuegos combinan con la música y los chorros de la fuente en una danza espectacular.
Las Cuatro Columnas obra del arquitecto Puig i Cadafalch, que se levantaron en 1919 en el lugar que hoy en día ocupa la Font màgica de Montjuïc en la ciudad de Barcelona, simbolizan las cuatro barras de la senyera catalana y estaban destinadas a convertirse en uno de los símbolos del catalanismo.
Debían estar coronadas por figuras representativas de cuatro victorias, que no se realizaron. Las columnas fueron derribadas en 1928 durante la dictadura de Primo de Rivera. En este periodo se eliminaron de forma sistemática todos los símbolos públicos del catalanismo para que no tuvieran el eco que les podía dar la Exposición Internacional de 1929 que tenía que celebrarse en Montjuïc.
Por el mismo motivo, la dictadura nombró como Pueblo español, ubicado en la misma montaña, a lo que en un principio tenía que llamarse Iberona en homenaje a los íberos, primeros pobladores de las tierras catalanas. También se dio el nombre de Plaza de España a la plaza situada a los pies de la montaña, en la que se colocaron dos torres venecianas.
El Parlamento de Cataluña aprobó una proposición no de ley, con el apoyo de todos los partidos políticos, para promover la restitución de este patrimonio artístico de Cataluña en homenaje a los patriotas catalanes. Esta restauración se hizo efectiva el año 2010.
Al caer la noche, los potentes chorros de luz, la música y el rugir del agua, crean un entorno inigualable que atrae a cientos de turistas y barceloneses a disfrutar de un espectáculo único.
La Plaça d'Espanya de Barcelona es una de las más significativas de la capital catalana. Fue construida durante la Exposición Internacional de 1929, según un proyecto elaborado por Josep Puig i Cadafalch y Guillem Busquets y finalizado por Antoni Darder.
En el centro de la plaza –donde anteriormente se encontraba la cruz de término de la ciudad en la antigua carretera de Madrid– figura una fuente monumental diseñada por Josep Maria Jujol, con una ornamentada decoración escultórica obra de Miquel Blay y los hermanos Miquel y Llucià Oslé. De inspiración clásica, el sentido iconográfico de la obra representa una alegoría poética a España: sobre un estanque de planta triangular se sitúa un edículo con tres nichos con grupos escultóricos que simbolizan los ríos que desembocan en los tres mares que rodean la Península Ibérica, el Ebro (Mediterráneo), el Guadalquivir y el Tajo (Atlántico) y unas figuras de adolescentes para los ríos del Mar Cantábrico, obra de Blay; en los vértices del estanque se sitúan tres grupos que representan los frutos y dones de las aguas: la Abundancia, la Salud Pública y la Pesca y la Navegación, obra de los hermanos Oslé.
Alrededor del cuerpo central se sitúan tres columnas con diversas figuras y emblemas que simbolizan la Religión (una cruz con Ramon Llull, Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola), el Heroísmo (una espada con Don Pelayo, Jaime I de Aragón e Isabel la Católica), y las Artes (un libro con Ausiàs March y Miguel de Cervantes); remata la obra un pebetero de fuego con tres Victorias, obra en bronce del escultor Tomàs Llovet.
El efecto lumínico sobre el agua te transporta a un mundo fantástico donde el límite lo pone tu imaginación.
Luces cálidas convierten el agua en fuego, como si de un volcán se tratara.
Los enormes surtidores lanzan los chorros de agua hasta una altura máxima de 54 metros.
La mas hermosa de las coronas, para la mas hermosa de las reinas, Barcelona.
La combinación de colores y tonalidades unidas a la variedad de formas que adquieren los surtidores, crean unos efectos impresionantes.
Una tarta de cumpleaños, un flan con nata, un sombrero de alas… lo que tu imaginación te deje ver, pero siempre disfrutas de un maravilloso espectáculo.
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ostras , que currada, y que buena documentación.
ResponderEliminarLas fotografias una pasada. Me lo apunto.Vosotros id visitando sitios, y poniendo información y despues vamos los dmás.
Creo que es una excelente idea la que habeis tenido.
Un beso
ESTAS FOTOS ESTAN MUY CURRADAS ......felicidades Jaume....eres un maquina .
ResponderEliminarBuen trabajo Jaume ¡Chapeau! como dicen los franceses
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